Mostrando entradas con la etiqueta basilica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta basilica. Mostrar todas las entradas

jueves, 11 de junio de 2015

LA LLEGADA DE AMOR Y DESCONSUELO

El 8 de marzo de 2015, los hermanos del Prendimiento recibían canónicamente a su madre, Mª Stma. del Amor y Desconsuelo. Desde que se fundara la Hermandad, allá por 1946, la advocación de la Virgen estaba reflejada en las Reglas, como titular mariana, pero nunca antes llegó a materializarse la idea.

La imagen es la antigua Virgen de la Soledad de Chipiona, donde tras un cambio de titular y con la mediación del Obispado, dicha Hermandad costera accedió a cederla desinteresadamente al Prendimiento de Arcos. Fue tallada en 1991 por el sevillano Ángel Rengel y en el periodo 1992-2012 procesionó bajo palio en Chipiona con la advocación de Ntra. Sra. de la Soledad. 

Amor y Desconsuelo se presentó humilde y sencilla ante sus nuevos hijos de Arcos. Vestía terno negro bordado de la Hdad. del Perdón, tocado en tablas y diadema plateada de ráfagas. Estrenó un nuevo juego de manos, obra del jerezano Alejandro Olivera. Tras su recepción estuvo expuesta en besamanos durante todo el dia y esa Cuaresma presidió sus primeros Cultos cuaresmales junto a su Hijo.

En la Basílica tomaría su sitio en el lado izquierdo, cerca de Ntro. Padre Jesús del Soberano Poder en su Prendimiento. Alli recibe culto público desde aquel 8 de marzo de 2015 que pasará a la Historia de las cofradías de Arcos.




viernes, 6 de febrero de 2015

EL PRIMITIVO CRISTO DEL PERDÓN DE ARCOS

Hace más de tres siglos, en la Basílica Menor de Santa María de la Asunción se rendía culto a otra imagen bajo la advocación del Stmo. Cristo del Perdón. Hasta que su Hermandad no lo sustituyera por el que se ha mantenido hasta la actualidad, el que aparece en las fotos era el Cristo titular de la Hdad. del Perdón de Arcos de la Frontera.
A partir de 1711 (año en que se estrena el nuevo) se le introduce en "el cuarto de los curas", decreciendo el interés por la imagen, llegándose prácticamente al olvido hasta que algún sacerdote de la Parroquia de Santa María lo donó al Hospital de San Juan de Dios, para la devoción de las monjas y los enfermos. Allí debió conocerla el sacerdote D. Julio Guzmán, quién en 1936 obtuvo su donación de las monjas ante la urgente necesidad de imágenes de culto en Huelva, una de las ciudades donde más fuerte sacudió el afán "anticatólico" de la guerra.
En la actualidad, el primitivo Cristo del Perdón está en la Iglesia Parroquial de San Pedro de Huelva, en cuya sacristía se encuentra. Este templo, con ocasión de la Guerra Civil, fue saqueado e incendiado el 21 de julio 1936 quedando destruido casi en su totalidad, perdiéndose todo su ajuar litúrgico, incluyendo retablos e imágenes. Posteriormente la iglesia se restauró y se reamuebló con esculturas que consiguió el párroco, D. Julio Guzmán López, en diversas poblaciones como Arcos de la Frontera, Villamartín, Villaverde del Río, Fuentes de León, etc




El sacerdote e historiador M. Carrasco Terriza fecha la imagen hacia 1500, aunque pudiera ser posterior, más avanzado el siglo. La imagen es de madera tallada y policromada y mide aproximadamente 1.40 metros, presentando tres clavos de punta de diamante, uno en los pies y otro en cada mano, estando el pie derecho cruzado sobre el izquierdo. El paño de pureza está tallado con cierta rigidez y llega a la altura media de los muslos de la imagen, anudándose de forma muy simple sobre la cadera derecha de la imagen sin mostrar ninguna abertura lateral. Posee una voluminosa corona de espinas tallada en la propia cabeza y de apariencia muy natural.





Fuentes:

jueves, 5 de febrero de 2015

LA VIRGEN DEL ROSARIO BAJÓ DE SU RETABLO

 
La devoción a la Virgen del Rosario de Arcos de la Frontera hace ya varios siglos que empezó a decaer, llegando a nuestros días casi extinguida. Aquella imagen que sigue presidiendo un espectacular retablo barroco en la Basílica Menor de Santa María de la Asunción fue en su día venerada como Patrona de su pueblo, la cual, mientras sus fieles eran cada vez menos, veía como proliferaba el fervor popular hacia una imagen que los Padres Mercedarios veneraban en su convento: Ntra. Sra. de las Nieves, actual Patrona de Arcos.

En estas fotos de 1926, la Virgen del Rosario se presenta a ras del suelo, sin niño ni ráfaga, quizá aprovechando algún cambio de vestimenta. Aunque su ropa parece bastante humilde, lujosas son las joyas que porta, entre las que destaca un medallón valiosísimo. En 1980 fue registrado por D. Victor Marín y D. Manuel Pérez Regordán en el inventario de la Basílica de Santa María, cuya ficha comenzaba de la siguiente manera: "Pectoral mayor de la Virgen del Rosario: Extraordinario y pesado medallón, montado en grueso oro de ley con limpias y ricas esmeraldas, grandes y pequeñas y delicados esmaltes". Mucho más detallada seguía la descripción de dicho medallón, que en 2007 fue robado en extrañas circunstancias de las dependencias parroquiales donde se custodiaba. Los últimos años previos al robo solía llevarlo la Virgen de las Nieves en su procesión del cinco de agosto.



Ntra. Sra. del Rosario en su retablo (Actualmente)

viernes, 1 de agosto de 2014

LOS CULTOS DE LAS NIEVES EN EL DOSEL DEL CORPUS

Así de espectacular quedaba el altar de Cultos de Ntra. Sra. de las Nieves, patrona de Arcos, hasta los años 70 aprox. El dosel -o sitial- era utilizado por la Hdad. Sacramental y data del siglo XVIII, en terciopelo rojo bordado en oro con un gran sol central de plata. Sobre este sol, también de plata, una media corona de grandes dimensiones, regalo de la casa Valdespino.

Se colocaba en el altar mayor de la Basílica para el Corpus Chisti y se dejaba hasta las fiestas de la Virgen. Posteriormente, la Hdad. Sacramental de Santa María dejó de utilizarlo, por lo que su uso quedó exclusivamente para la Novena de las Nieves.



Fuentes:
  • Número especial de la revista "Las Calles de Arcos" dedicado a Nuestra Señora de las Nieves, Patrona de Arcos de la Frontera. Victor Marín Solano, 1976.

miércoles, 2 de julio de 2014

LOS ZAPATOS ORIGINALES DEL DULCE NOMBRE

 Hasta que las "modas" de la época no vistieran los pies del Dulce Nombre con zapatos de charol, éstos de tela y suela de metal eran los que llevaba y con ellos llegó de Roma el 22 de junio de 1765. En su suela está grabado el año 1668, fecha a la que se atribuye la hechura del Niño. 
Hace ya más de 250 años de la llegada del Niño desde Roma por D. Clemente Antonio de Baena, quien lo trajo como regalo de su viaje con motivo del litigio entre las parroquias de San Pedro y Santa María. ¿En qué consistió esta disputa entre las dos iglesias principales de la ciudad?

Desde tiempo inmemorial, la parroquia de Santa María de la Asunción disfrutaba de preeminencias sobre la de San Pedro, por ser la Mayor y considerarse más antigua, tales como tocar primero las campanas, ocupar el altar mayor de San pedro en las Funciones Principales y obligar a su Clero a recibirles y despedirles cada vez que pasase el de Santa María. Haciéndose caso omiso a aquellas tradicionales obligaciones por la parroquia de San Pedro, el Clero de Santa María lo puso en conocimiento del Señor Provisor del Arzobispado en 1679, presentándose posteriormente un acuerdo entre ambos Cleros en 1680.
En 1712 volvió nuevamente a surgir este problema, volviendo el Provisorato a dictar sentencia a favor de Santa María. Entonces, los clérigos de San Pedro apelaron dicha sentencia y les fue admitida, con el veredicto resolutivo de que ninguna de las dos parroquias habría de señalarse como Mayor ni otro título semejante que determinase primacía con respecto a la otra.
El Clero de Santa María, disconforme con la sentencia, apela al Sacro Tribunal de la Rota Romana en 1720. Mientras, Arcos se divide en dos bandos que se odian y se hacen apellidar "pedristas" o "marianistas", según la feligresía a la que pertenecieran.
El 23 de septiembre de 1760, reunido en Santa María la mayoría de los sacerdotes que formaban su Clero, ante el notario D. Pedro del Amor otorgaban a D. Clemente Antonio de Baena y Manzano un poder para defenderles en el citado litigio con la parroquia de San pedro. Tras la firma, y cargado de voluminosos legajos, instancias, sentencias y demás papeles que todos los curas habían reunido, partía Don Clemente hacia Roma.
Su viaje, lleno de anécdotas, quedó plasmado en el diario que escribió Don Clemente durante los casi seis años que duró su viaje, más de cuatro de los cuales los pasó en la misma ciudad de Roma esperando la resolución del caso por el Sacro Tribunal de la Rota.
Por fin, el 18 de julio de 1764, Su Santidad el Papa Clemente XIII firmaba sentencia resolutoria a favor de la parroquia de Santa María de la Asunción. El "enviado" Don Clemente de Baena no partiría de vuelta hasta el 13 de abril de 1765.
 El 22 de junio de 1765 llegaba a la ciudad de Arcos, siendo recibido por todos los feligreses de la parroquia de Santa María, vencedora del litigio. Traía con él dos regalos para la ciudad: el cuerpo incorrupto de San Félix Mártir, procedente de las catacumbas de Roma, y la imagen de un Niño Dios, vestido a la usanza de los procuradores de tribunales de la época.


Fuentes:
  • Revista "Las calles de Arcos", D. Manuel Pérez Regordán, 1977.

lunes, 17 de marzo de 2014

LA ESTAMPA DE LA PIEDAD DE 1962

Recordando viejos tiempos, uno de esos días en que se pasa la tarde entera viendo antiguas imágenes familiares en blanco y negro, apareció entre ellas una que me sorprendió. No esperaba que entre aquellas fotos se hubiera colado la Virgen de la Piedad, y mayor fue mi sorpresa al ver el reverso de la estampa, pues junto al sello de la Hermandad del Perdón de Arcos de la Frontera había un nombre y una fecha que la datarían a mediados del pasado siglo:


"Muy agradecida a Juana González Marín
4 - 2 - 1962"

No sé que historia guardará esa estampa, ni quien sería la persona que se la mandaba a esa tal Juana. Tampoco cómo acabó en mi casa, pues nadie de mi familia perteneció nunca a esta Hermandad. Lo que tengo claro es que la foto merecía ver la luz 52 años después.
Llama la atención la curiosa toca de sobremanto que viste la Virgen, con finos bordados. También la opulenta disposición de las joyas, cosa muy común por aquellos entonces pero que no se suele ver ya en nuestros días, o la antigua corona de Reina.